Con los ojos de la memoria, se construye historia
Un reconocimiento a los ojos memoriosos de Mauro
Ana Silvia Monzón
“Fotografiar es apropiarse de lo fotografiado. Significa establecer con el mundo una relación determinada que sabe a conocimiento…” esta cita de la escritora Susan Sontag expresa el significado profundo del aporte de Mauro Calanchina, fotógrafo, al rescate de los momentos de ayer y de la historia de hoy.
Las imágenes captadas por él a lo largo de varias décadas dan cuenta, unas veces en clave de denuncia, otras de dolor, unas más de alegría, del compromiso con su tiempo, del amor a estas tierras, de su identificación y solidaridad con los seres humanos que las habitan, sobre todo las y los marginados, oprimidos. Pero también con quienes rompiendo silencios se han manifestado por la vida.
Desde sus fotografías, cientos, miles de rostros se asoman para testimoniar luchas, afirmar ideas, anunciar cambios. Unas veces son expresiones ingenuas, otras desafiantes, otras con el miedo reflejado en las miradas, unas más apostándole a la vida.
Pero Mauro también ha conservado, para que no se olvide, imágenes de los efectos de la furia represiva, del castigo que infligen sociedades como la nuestra a quienes piensan, actúan y desafían.
Ha recorrido decenas de caminos recogiendo instantes que dibujan a un país empobrecido, niñas y niños que a pesar de sus pies descalzos sonríen, mujeres y hombres con cargas centenarias a cuestas. En contraste capta imágenes, en los cuatro puntos cardinales, que proclaman esperanza y retan al futuro.
El ojo memorioso de Mauro ha interpretado el sentir de miles de mujeres, hombres, jóvenes y jóvenas, niñas y niños, ancianos y ancianas, campesinas y campesinos, obreras y obreros, estudiantes, que han recorrido las calles de la ciudad protestando, conmemorando, denunciando, celebrando. Manos empuñadas sosteniendo claveles rojos, bocas que ya no callan, brazos que sostienen consignas. Mensajes que resumen los malestares y las reivindicaciones, que reclaman justicia. Frases que décadas más tarde atestiguan presencias, que ayudan a reconocer a quienes les fue arrebatada la vida, a quienes tercamente continúan con la lucha como compromiso vital.
Las fotografías de Mauro que han captado vidas en milésimas de segundos, perduran para que hoy se nos llenen los ojos de memoria. Tienen el poder de conmovernos, de conectarnos con la historia. Ese es su mayor legado que no nos dejan indiferentes.
Gracias Mauro, a tus ojos memoriosos, por ese regalo de vida.
1 comentario:
descanse en paz
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